Dos adjetivos que en esta época de restricciones son fundamentales.
Todas las actividades están condicionadas para proteger la salud. Están delimitadas a un entorno familiar muy reducido, y a contener la expansión de aerosoles. Nada de hablar en alta voz.
Pues, nada, que la lectura es algo que está permitido practicar por ser callada, tranquila y sosegada. El otoño también parece ser un tiempo nostálgico, adecuado para entretener el ocio con la lectura de libros.
Traigo aquí una recomendación: La Hija del boticario. Obra de Charlotte Betts.
Una novela histórica en la que se mezclan los brotes de peste en Londres, en 1665; el gran incendio de Londres, en 1666; la esclavitud; el papel de la mujer en el siglo XVII; la ciencia y productos curativos en esa época.
Es un libro fácil de leer, que te atrapa y te apetece seguir para ver cómo se resuelve el conflicto planteado en la novela y que lo encarna el personaje central de la narración, Susannah, la hija del boticario Cornelius Leyton.
Anímate a leerlo. Lo puedes encontrar en papel o en versión electrónica.
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