El ayudar a los demás es un don, un privilegio.
Muchas veces no requiere mucho tiempo ni mucho esfuerzo, sólo tener una actitud.
Dar, brindar ayuda... sin esperar nada a cambio.
Aunque, sin embargo, esa generosidad nos proporciona beneficios para la salud espiritual.
Se produce el efecto espejo:
%.-Quien da, recibe.
%.-Echar una mano es gratificante.
%.-Aumenta la autoestima, porque hace sentirse eficaz.
%.-Crece la autoconfianza, porque se considera valioso.
%.-Se aceptan más fácilmente las propias limitaciones, analizando la situación de los otros.
%.-Hace sentirse libre, porque no se necesita dar para obtener algo en particular.
Una actitud generosa, abnegada, bondadosa, te ayuda a ti y ayuda a los otros.
¿Y qué son las Obras de Misericordia?
Son acciones caritativas, desinteresadas, mediante las cuales ayudamos a los demás en los momentos en que tienen necesidades corporales o espirituales.
-Carrasca-
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