Andalucía, la zona donde yo vivo es bien seca.
Las épocas de lluvias se concentran entre los meses de octubre hasta abril, pero cada año son más escasas.
La pasada temporada fue la más baja, en precipitaciones, desde el año 1945, que por aquí se le recuerda como 'el año del hambre'.
En las tablas que muestran los datos de los últimos 75 años, los valores oscilan entre 245 mm del 1993 y los 1,065 de 1960.
Las épocas de lluvias se concentran entre los meses de octubre hasta abril, pero cada año son más escasas.
La pasada temporada fue la más baja, en precipitaciones, desde el año 1945, que por aquí se le recuerda como 'el año del hambre'.
En las tablas que muestran los datos de los últimos 75 años, los valores oscilan entre 245 mm del 1993 y los 1,065 de 1960.
Por lo que respecta al año pluviométrico actual, hasta últimos de marzo, las precipitaciones fueron escasas, pero gracias a que abril y mayo están siendo generosos con unos cien litros en este periodo...
¡Ah y sigue lloviendo! Gracias a lo cual se espera el año agrícola muy aceptable... y nunca mejor dicho el refrán, "viene como agua de mayo" o este otro," las flores de mayo, alegran el ánimo"
¡Ah y sigue lloviendo! Gracias a lo cual se espera el año agrícola muy aceptable... y nunca mejor dicho el refrán, "viene como agua de mayo" o este otro," las flores de mayo, alegran el ánimo"
El poeta Luis Cernuda, andaluz que desde los años treinta del siglo pasado ya no disfrutó de su tierra.
Lejos de Andalucía la añoraba y temía no volverla a ver más, y escribió este poema, incluido en su libro La realidad y el deseo:
Quizá mis lentos ojos no verán más
el sur
de ligeros paisajes dormidos en el
aire,
con cuerpos a la sombra de ramas
como flores,
o huyendo en un galope de caballos
furiosos.
El sur es un desierto que llora
mientras canta,
y esa voz no se extingue como pájaro
muerto:
hacia el mar encamina sus deseos
amargos,
abriendo un eco débil que vive
lentamente.
En el sur tan distante quiero estar
confundido;
la lluvia allí no es más que una
rosa entreabierta;
su niebla misma ríe risa blanca en
el viento;
su oscuridad, su luz, sus bellezas
iguales.
En la última estrofa, el poeta querría con-fundise con el , para él, lejano sur, tan hermoso.
Yo tengo la suerte de vivir aquí y de disfrutar esta tierra tan hermosa, que aquí la lluvia no abruma: posee el encanto de una rosa entreabierta.
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