La Celidonia menor, Ranunculus ficaria o Ficaria verna, es una especie de ranúnculo con numerosas raíces engrosadas y carnosas, como pequeñas porras.
El género Ranunculus comprende alrededor de 250 especies. En España se crían unas 70. Casi todas ellas vienen a tener los mismos principios activos y, más o menos realzadas, virtudes semejantes, pero la celidonia menor no posee las sustancias picantes de las ranunculáceas.
La que nos ocupa hoy, la Celidonia menor, crece en praderas húmedas, en el borde de los bancales... Aquí en Teruel suele aparece al borde de los riachuelos y acequias.
Es una planta herbácea perenne de porte pequeño, con hojas brillantes sin pelos, con forma parecida a corazones, que florece en primavera e invierno, con unas flores amarillo vivo. Con el tiempo se convertirán en frutos minúsculos, redondeados y agrupados en una cabezuela.
Lo mismo que otros ranúnculos y las anémonas, la celidonia contiene anemonol y saponinas, sobre todo en las raíces. Además de cantidades inmmejorables de vitamina C, una esencia.
Entre sus propiedades se encuentra el ser antiescorbútico, cicatrizante, depurativo, laxante, antihemorroidal, antiinflamatorio...
En la cocina, al ser una de las primeras plantas de la primavera, se emplea en las denominadas 'ensaladas para depurar'.
En primavera se utiliza la planta fresca para el tratamiento de vitamina C, ya sea en forma de ensalada, o extrayendo su jugo al exprimirla, en cuyo caso se toma mezclado con leche y a cucharadas. Este preparado se emplea también para aplicarlo en el cutis con el fin de eliminar afecciones cutáneas.
La vitamina C es un antioxidante que protege las células contra los efectos de los radicales libres, esas moléculas que se producen cuando el cuerpo descompone los alimentos o se expone al humo del tabaco, a la radiación solar, a los rayos X u otras fuentes.
¿Qué cualidades tiene pues la vitamina C? Esta vitamina debe formar una proteína importante llamada colágeno, tan importante que es utilizada por el cuerpo para producir la piel, los tendones, los ligamentos y los vasos sanguíneos. Puede sanar heridas y formar tejido cicatricial; reparar y mantener el cartílago, los huesos y los dientes; ayudar a la absorción del hierro.
Una virtud de la Celidonia menor es depurar. En Adviento podemos depurar las actitudes egoístas, el bombardeo de palabras escuchadas, leídas o escritas; eliminar la conducta de banalización de la Navidad y recordar que estamos en el tiempo de prepararnos espiritualmente para celebrar la llegada de Jesús, de volvernos hacia el Señor que viene a salvarnos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario