Los frutos del espino albar ya eran consumidos en la Prehistoria como se ha descubierto en los restos encontrados en algunas ciudades lacustres.
Su nombre viene de las afiladas espinas que recubren las ramas y el vistoso color blanco de las flores.
El espino albar crece en todos los terrenos. Se cría entre otros árboles, en los torrentes y laderas de las montañas y, como planta residual, en los ribazos y al borde de las tierras de labor.
Este arbolito tiene la corteza joven de color gris claro, lisa; y, más tarde, cuando envejece se vuelve marrón y resquebrajada, hendida. Puede alcanzar más de 500 años. Su madera es muy dura.
Sus hojas caducas, de un verde brillante, tienen los bordes dentados.
Sus flores blancas, débiles y perfumadas, a veces tienen tonalidades rosas. Cuando son fecundadas dan paso a unos frutos ovoideos, carnosos, pequeños y parecidos a diminutas peras rojas llamativas, que destacan en la planta desde el otoño hasta el invierno. Tienen un olor débil, poco agradable, pero su sabor es dulce, aunque algo soso y farináceo.
El fruto maduro del espino albar se utiliza para preparar mermeladas y gelatinas.
En algunas regiones se usa también para preparar una bebida parecida a la sidra.
Entre virtudes medicinales de las flores destaca el ser cardiotónico. Es tónico para el corazón y para el aparato circulatorio. Es capaz de regular la presión sanguínea.
Las flores, la corteza y las hojas se recolectan en primavera, y se desecan al aire.
Si hubiese que resumir la acción de sus frutos se podrían utilizar tres adjetivos: cardiaca, diurética y astringente. Los frutos se recogen maduros, de agosto en adelante.
Para palpitaciones, se puede tomar en tisana: en una taza, se coloca un puñadito de flores de espino albar y se llena la taza de agua hirviendo. Cuando se enfría, se filtra el líquido y se bebe a sorbitos.
Para arritmias se toma en infusión. Un pellizco de flores en una taza de agua hirviendo, se filtra, se endulza y se bebe.
También se puede poner unas pocas flores, hojas y frutos del espino albar en 100g de agua hirviendo.
Quizás haya momentos en que nos sintamos espino albar joven de color gris, en el tiempo de Adviento podemos aprovechar para volvernos más maduros y, aunque tengamos la corteza agrietada, recordar que estamos hechos de dura y resistente madera.
-Carrasca + Margalló-
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