jueves, 17 de marzo de 2016

Sobre mi teoria de poda de viñas

No soy experto en poda de viñas, pero observando como lo hacen los expertos, voy  podando las mías  y, al mismo tiempo, también ayudo a amigos que saben menos que yo. Pongo en práctica aquello de 'enseñar al que no sabe'.
Sobre esto diré que, en mi familia, no había tradición de elaborar vino, por lo cual  este hobbie lo he descubierto después de mi jubilación .
En principio, solo cultivaba en parral, más que nada por preservar un espacio del sol persistente de julio, sombrear mi parcela cuando llegan los cuarenta grados, pero observando que la cosecha  era aceptable por el buen caldo que arrojaba,  decidí plantar una viña. Para ello recopile los mejores sarmientos de las parras con las uvas más agradables.
Completé la viña comprando otras variedades denominadas "negra tempranillo". Así en unos tres años,  he conseguido obtener  frutos mezclados.

En cuanto a la poda, yo decidí adaptarlas a la posición denominada "espaldera", de esta manera, sobre  80 centímetros de altura, les forme la cepa, abriendo dos brazos longitudinales en cada planta, y, de esa forma, alargar la zona productiva, como se puede apreciar en la imagen inferior.
Una vez formada,  los tallos que  surgen  los corto, dejando dos yemas en cada uno de los apéndices. 
    La época de poda  es variable  y  a gusto de cada cual, siendo imprescindible que los sarmientos cambien del color verde al marrón.
Así pues, por estas tierras, entre  noviembre y febrero es buena época.
Un buen amigo mío tenía la costumbre y, por tradicion familiar, de podarlas el primer viernes de marzo, contaba que así no le da cangrena, y siguiendo las enseñanzas del refrán: "Si en marzo no podas la viña, no tendrás vendimia" 
Y es verdad, porque "Quien cría una viña, con ella se encariña ¡como si fuera una niña!"

Y viendo estas imágenes ¿a que es para encariñarse con ella?
-Olmo-

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