Hace muchos tiempos que España celebraba el Día del Libro. En 1995, la Unesco lo declaró internacional, y lo dedicó también a los derechos de autor, que es la denominación completa.
Te preguntarás ¿Y por qué se escogió esa fecha?
Es un día clave en la historia de la literatura española y universal.
Fue un 23 de abril cuando murieron: Cervantes, -en realidad falleció el 22, pero fue inscrito al día siguiente, el 23 de 1616-; Shakespeare, en 1616; Inca Garcilaso, en 1616; William Wordsworth, en 1890; Josep Pla, en 1981.
De todos ellos, mi favorito es D. Miguel de Cervantes Saavedra, por su azarosa vida y por como supo engrandecerla a través de sus cuentos y novelas. Sobre todo la considerada primera novela moderna, su obra cumbre: Don Quijote de La Mancha.
En esta ocasión el Día del Libro va a ser celebrado en privado, y virtualmente, como muchas otras celebraciones. Los libros serán recomendados y disfrutados por las redes. Y las rosas serán sólo imágenes.
En estos días estamos contemplando la desaparición de muchas personas, unas anónimas, algunas desconocidas fuera de su ámbito familiar, y otras muy conocidas.
Quizás sería bueno ofrecerles esas rosas, un buen ramo, como recuerdo a su memoria.
Y dedicarles la Oda a la inmortalidad, del poeta romántico inglés William Wordsworth:
"Aunque el resplandor que
en otro tiempo fue tan brillante
hoy esté por siempre oculto a mis miradas.
Aunque mis ojos ya no
puedan ver ese puro destello
que en mi juventud me deslumbraba.
Aunque nada pueda hacer volver
la hora del esplendor en la hierba,
de la gloria en las flores,
no debemos afligirnos
porque la belleza subsiste siempre en el recuerdo...
En aquella primera simpatía
que habiendo sido una vez,
habrá de ser por siempre
en los consoladores pensamientos
que brotaron del humano sufrimiento,
y en la fe que mira a través de la muerte.
Gracias al corazón humano,
por el cual vivimos,
gracias a sus ternuras, a sus alegrías y a sus temores,
la flor más humilde al florecer,
puede inspirarme ideas que, a menudo
se muestran demasiado profundas
para las lágrimas." -1807-
Cierro esta entrada con una cita de este autor inglés:
"Aunque el resplandor que
en otro tiempo fue tan brillante
hoy esté por siempre oculto a mis miradas.
Aunque mis ojos ya no
puedan ver ese puro destello
que en mi juventud me deslumbraba.
Aunque nada pueda hacer volver
la hora del esplendor en la hierba,
de la gloria en las flores,
no debemos afligirnos
porque la belleza subsiste siempre en el recuerdo...
En aquella primera simpatía
que habiendo sido una vez,
habrá de ser por siempre
en los consoladores pensamientos
que brotaron del humano sufrimiento,
y en la fe que mira a través de la muerte.
Gracias al corazón humano,
por el cual vivimos,
gracias a sus ternuras, a sus alegrías y a sus temores,
la flor más humilde al florecer,
puede inspirarme ideas que, a menudo
se muestran demasiado profundas
para las lágrimas." -1807-
Cierro esta entrada con una cita de este autor inglés:
«Desde
arriba, resuenan las trompetas de las cascadas,
un
dolor mío no enturbiará otra vez la primavera…»
-Margalló-
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