martes, 3 de marzo de 2020

Explorando 'Territorio Mudéjar': Cervera de la Cañada

El hito siguiente fue Cervera de la Cañada. A unos tres kilómetros de Aniñón.
Aquí es Mahoma Rami en estado puro. Hay una inscripción, con letra cúfica -escritura ornamental árabe- en la parte derecha de los pies de la nave que lo atestigua.
     
El arquitecto se había quedado sin la protección de los Grandes, y es este pueblo el que le ofrece trabajo y en el que se luce edificando esta magnífica iglesia fortificada, aprovechando el castillo anterior, tal y como se puede apreciar en nuestra fotografía.
Así se levanta esta iglesia dedicada a Santa Tecla, su ábside poligonal.
Tiene todas las características del arte mudéjar: ladrillo, la madera para las vigas, el aljez para las decoraciones, por ejemplo los rosetones, y el agramilado coloreado.
Una técnica que se hacía añadiendo una resina al aljez, y cuando estaba casi seco, se trabajaban incisiones con un gramil, para, posteriormente, colorearlas.
La barandilla del coro, antiguo paso de ronda, es un ejemplo claro de los motivos geométricos elaborados en yeso, utilizados en la decoración. 
Los dragones de los nervios de crucería son más naturales... Parece ser que estas decoraciones cumplían la misión de ser como una marca, un logotipo, de la casa de Aragón, los reyes a los que pertenecía este territorio de frontera.
  
Nos llamó también la atención del gran facistol de madera, donde colocaban los enormes libros de canto en las celebraciones litúrgicas.
En la hora que lo hemos visitado, los juegos que hacía la luz al penetrar por las ventanas, era un espectáculo.
-Jedrea + Margalló-

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