El pueblo de Cañete de las Torres, en Córdoba -VII-

He contado la estancia en Cañete de las Torres en la reunión familiar, pero me he dado cuenta de que no he escrito ningún dato sobre la población.
Así que en esta entrada voy a tratar de describir algo sobre ella.
A los de Cañete de las Torres se nos llama cañeteros.
Este gentilicio lo compartimos con los de Cañada del Rabadán, un núcleo pedáneo de Fuente Palmera, otro municipio cordobés que está en la ruta entre Córdoba y Sevilla, cerca de la Sierra de Hornachuelos.

Este municipio está al norte de la provincia de Córdoba.
Cerca de la provincia de Jaén.
Hay una distancia de cincuenta kilómetros a Córdoba, y cincuenta a Jaén.
Está en la comarca del Alto Guadalquivir.
A unos 320 metros sobre el nivel del mar.
Lo atraviesa, desde el norte al sur de la población, el Arroyo del Cañetejo, afluente del Guadalquivir.
Me pregunto si de aquí le vendrá el nombre a la población, porque la palabra 'caño' tiene relación con 'fuente', con 'agua', con 'tubo que conduce'...

Parece que ha sido un asentamiento desde la Prehistoria, en la Edad de Bronce.
Se han encontrado restos en distintos sitios como El Vilano, El Hornillo, Cabeza Lavada, Puentes Viejos o en el yacimiento de Haza de la Virgen.

Los íberos también estuvieron por estas tierras. Se han encontrado animales esculpidos en piedra, monedas y cerámicas.
Los romanos también dejaron sus huellas. Dicen que aquí se preparó Munda para presentar batalla a los hijos de Pompeyo.
Los visigodos nos han dejado restos de ladrillos con rosetas, o inscripciones en los bordes.
Pero es, a partir del siglo X, cuando los musulmanes dejaron su impronta en Cañete de las Torres, que se pueden rastrear en documentos.
Como tierra de frontera cambio de manos varias veces durante la Reconquista, hasta que Fernando III la ganó y la unió a Córdoba.
Cañete de las Torres fue señorío de Alfonso Fernández de Córdoba, porque se la cedió el Rey Sancho IV, el Bravo de Castilla, en 1293.
Perteneció al ducado de Medinaceli, siendo marquesado. Hasta el siglo XIX que se extinguieron los señoríos.
Si tienes curiosidad por ampliar datos, puedes picar en los enlaces, ya q están subrayados.
Pero, para mi, el tenga 104 kilómetros cuadrados de superficie; o que tenga unos tres mil habitantes en el 2014, no es muy importante.
Ni tampoco que tenga mucho patrimonio cultural.
Para mi lo fundamental e interesante es que es la cuna de mi familia, y la mía propia, aunque enseguida me llevaron a Baena, donde viví mi primera juventud. Y dicen que en esa etapa es cuando se forja el carácter de una persona, de modo que soy cordobés, recriado turolense-aragonés.
De modo que después de leer estos textos te animes a conocer las tierras del Sur de las Béticas.

-Romero-