viernes, 13 de septiembre de 2019

Un viaje en septiembre: París, Montmartre

 El día lo empezamos con un:
que nos daba una cadena de televisión...
Nuestras guías locales eran Erica, y Mariam.
Iniciamos la jornada en la Île de la Cité, donde se originó la ciudad de París.  Allí se instaló la tribu celta de los parisi, en el 52 a.C. Se transformó en Lutecia, con los romanos, y comenzó a extenderse. Así fue hasta el siglo V.
Accedimos al lugar por el Quai de l'Horloge, el muelle del reloj.
 
En un conjunto de edificios: el antiguo palacio real, Parlamento durante la Revolución Francesa, hasta hace poco Palacio de Justicia -ahora sólo queda ahí la Corte de Casación, y la d'appel-, y la Conciergerie, se encuentra la Sainte-Chapelle. La Santa Capilla fue mandada construir por Luis IX, S. Luis de Francia, para albergar las reliquias de la Pasión que había logrado reunir.
Está formada por dos capillas: la inferior, para la gente de servicio, y la superior, a la que se accede por una estrecha escalera de caracol, para uso exclusivo del rey. El pavimento es lo único conservado en su estado originario.
Pero las vidrieras las han reconstruido siguiendo el mismo patrón de las originales, contando la historia del Antiguo Testamento, y consiguen transmitir el efecto de que no hay paredes.
Una cosa que nos llamó la atención es que los elementos que sustentan las bóvedas del gótico están por dentro del edificio, y no por fuera.¡Una maravilla!
Salimos por la puerta del Palacio de Justicia. Se veían los paneles comparativos de la antigua y de la nueva sede:
 
Desde fuera pudimos ver la parte más antigua, patio y corredores que contemplaron los últimos días de María Antonieta.
De allí nos fuimos a la parte más elevada de la ciudad. A la antigua cantera desde donde se llevó piedra para construir esos edificios que acabábamos de visitar. A Montmarte. Al 'Monte de Marte'. O también dicen que puede derivarse la palabra del 'Monte de los Mártires'.
 
Un paseo recorriendo esa zona tan típica de París: la blanca basílica del Sacre-Coeur; les vignes de Montmartre en la rue Saint Vincent; la plaza del Tertre, con sus pintores; la Mére Catherine, donde nació la palabra bistro; la parroquia de Saint Pierre que encierra en su construcción los siglos XIII, XV y XVII... Y durante el tiempo libre, a visitar las innumerables tiendas de souvenirs -recuerdos-.
Después de la comida, la tarde fue de libre disposición...
 
Nosotros nos dedicamos a callejear por el distrito tres: una colorida manifestación brasileña en la avenida des italiens a plaza de la Ópera, que sorprendió e hizo las delicias de los paseantes de esa zona; la plaza de la Bolsa, su edificio y cercana la Agencia France Press; Notre Dame des Victoires; un descanso en un café de la rue Rambuteau, próxima a Les Halles; la rue Renard, cerca del Centro Pompidou; hasta llegar ya al distrito IV, donde se encuentra el Hôtel de Ville, el Ayuntamiento de París.
De allí, a coger el metro e ir a cenar al mismo sitio que el día anterior.
Otro día estupendo y muy muy completo.
-Jedrea + Margalló-

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