sábado, 29 de diciembre de 2018

Viaje a Jérica, en la provincia de Castellón:

El día 7  de diciembre, me llevaron mis hijos a Jérica, donde pasé una parte de mi niñez, durante la guerra Civil Española.
Llegamos a la hora de la comida. Una vez que comimos en un Restaurante, aprovechamos la tarde para visitar el pueblo. Para mí era desconocido, pues después de tantos años, unos ochenta, no me acordaba de nada, ya que muchas casas han sido restauradas.

Recorridas varias calles con el coche, hicimos un alto. Y a unos abuelitos que estaban sentados tomando el sol, les dije que yo, durante la guerra, viví en ese pueblo y que mi casa estaba cerca de un muro que servía de base para la Iglesia, y mi casa estaba tocando la Fonda El Porro.
Me indicaron donde estaba, pero que ahora era una carpintería y el pueblo había cambiado mucho desde entonces. Yo, en aquel tiempo, tendría cerca de 7 años y mi hermana Maruja, 2 menos.
Recuerdo que por la mañana asistíamos a clase ,y por la tarde nos llevaban a bañarnos al río  y al resto de tiempo pues ¡a jugar!
Llegó el tiempo que empezaron a bombardear el pueblo y se empezó hacer refugios.
Y, en esa época, pronto  empezaron a pasar camiones cargados de gente que venían de la toma de Teruel. Llegaban helados de frío, con unas caras... con una tristeza, su aspecto conmovió a mi madre tanto que hasta les dio unas mantas.
Como empezaron a bombardear Jérica, vinieron muchos soldados, y en cada casa teníamos que acoger dos de ellos. A nosotros nos tocaron dos panaderos que como vivían en mi casa cuando sonaban las sirenas de alerta aérea, nos cogían a mi hermana y a mí, y nos llevaban al refugio.
En vista de todo ello, nosotros nos trasladamos a Valencia, donde estuvimos hasta terminar la guerra.
¡Ah! ¡Qué tiempos aquellos! Este viaje me los ha traído a la memoria.
-Pensamiento-

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