viernes, 22 de julio de 2016

Mis andanzas por la Escaleruela:

Yo conocí este paisaje hace muchos años, y decidimos pasar el día en el, porque nos lo comentó un amigo.
Entonces aún no existía la piscifactoría y fuimos porque inauguraban una piscina, y un pequeño restaurante, donde se podía comer o comprar alguna bebida, si te hacia falta.
Al existir una central eléctrica y necesitar agua para su funcionamiento, se abastecía por un canal, a una distancia de casi un kilómetro del Rio Mijares. Por el cual se podía bajar con flotadores, nosotros con cámaras de coche.
Para subir hasta el nacimiento del canal, subíamos por la orilla, que es una pared de cemento y nos servía para ver los galipuentes que tenía.
Porque al bajar, unas veces bajabas de cara o otras mirando la corriente... y se pegabas con la cabeza en los puentes bajando, ¡menudo problema! además del coscorrón.










Un poco más arriba de este pasaje, en la montaña y en una roca, sale un chorro de agua impresionante de unos 60 cm de ancho y con una fuerza.
Esta agua abastece al río Camarena que baja vacío, y desemboca en el río Mijares, que esta unos 500 metros más arriba.
Ese día hicimos una excursión río abajo, hasta una presa. Un paseo plano, en llano y admirando los huertos que tenían por allí, y la naturaleza que en esa zona es fabulosa.
Luego también he estado allí, en numerosas ocasiones, pescando y en campeonatos programados por el Centro Santa Emerenciana.
En uno de ellos, en 1942, yo quedé campeón por sacar la trucha más grande y todavía conservo el trofeo.
A mí no me gustaba ir a pescar allí, porque es un coto de pesca extensivo.
Solo se pueden pescar 6 truchas y, si vas donde las han echado, en el pozo, en media hora las pescas y ya has terminado la diversión.
Además que, según tramos, tiene mucha corriente y, en una de ellas, se ahogó un pescador llamado Leocadio, que limpiaba las máquinas de escribir.
Yo, otro día, también pasé por allí y vi lo peligroso que era, porque la corriente casi te metía en el pozo. Tuve que  apretar bien las botas en el suelo y agarrarme a unas matas.
Por el río baja tanta agua y tan pura que es ideal para  una piscifactoria.
Pero, por la prensa me enteré que ha estado varios años cerrada. Parece ser que por culpa de las grullas y los visones. Unos mil de estos bichos se escaparon de la granja.
Y yo me pregunto: "Bueno quien fuera que abrió las jaulas, ¿no pensó en los desastres que se iban a producir con ,  lo agresivos que son...?
Como es una especie aloctóna, es decir  que no son originarios de la zona, atacan y devoran todo lo que encuentran, desde tordos o ruiseñores hasta truchas. Estos mustélidos carnívoros arrasan con todo.
Ahora, parece ser que ha sido comprada o alquilada, y van a dedicarla a  criar esturiones, para aprovechar su carne, no para sacar sus huevas, o sea como caviar.
En Andalucía, al esturión le llaman sollo.
Dicen que esos primitivos peces llegan a pesar más de 6 kilos y su carne es muy buena: de textura compacta, blanca, jugosa, sabrosa. 
Se puede tomar crudo, en carpaccio o tartar; o cocinado a la plancha o a la parrilla.
Es cardiosaludable, poco energético -es semigraso-. Una buena fuente de proteínas, fósforo y omega3.
Y encima ¡sin raspas! 
En julio de este año ha sido inaugurada con esta nueva actividad, así que Sarrión que ya es famosa en el mundo de la gastronomía, por sus trufas, puede que entre, y se haga un hueco, en el mercado de este pescado.
-Pensamiento-
                  

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