Casa de Dª Blanca o casa de Escriche

Casa de Escriche o de Dª Blanca, llamada así por ser, durante muchos años, la casa de una inspectora de educación de los años sesenta, Dª Blanca Bejarano.

Hoy es sede de la Comarca de Teruel.

Me fije en ella algunas veces, lo ruinosa que estaba, -estuvo a punto de ser derribada en el 2002-, cuando iba a vez a mi amigo D. Idelfonso, Canónigo de la Catedral , que vivía al final de la Calle Temprado, pero entonces yo no sabía nada  de Modernismo.

Sé que fue comprada por el Ayuntamiento de Teruel.

Sé que fue construida por El Arquitecto Pablo Mongió en el año 1910, como también el huerto de esta familia situado en el camino de la huerta de San Blas, junto a la cuesta Blanca.

En el año 2000, el Ayuntamiento mandó que fueran guardados, en los almacenes del Ayuntamiento,  todos los elementos decorativos, como por ejemplo, los azulejos de motivos geográficos, de tonalidad azulada, que decoraban los zócalos del zaguán;

También se fijaron en la disposición de las baldosas del pavimento, o en los remates de las pinturas al temple que cubrían las salas nobles.

Las balaustradas de madera de la escalera, las vidrieras de las puertas o los azulejos de los zócalos eran de los vestigios que fueron desmantelados para restauración que siguió después.

Yo estuve en su inauguración. Tiene cuatro plantas y semisótano, hoy son oficinas, como ya he dicho más arriba.

Lo que contiene  mayor profusión decorativa son las puertas y techos. Son los originales frisos de escayola y pinturas pintadas al temple.

Una de las dependencias presenta ménsulas  con las molduras del techo, y en los muros. Destacan varias cabezas de los ángeles, que cuelgan medallones, que recogen escenas paisajistas y retratos al óleo, para poderlos restaurar en su estado actual se sirvieron de fotografías antiguas.

En la fachada sobresalen las líneas onduladas, de los vanos de las puertas principales, y de las ventanas de la planta baja. En los pisos superiores, las de sus balcones.
Es curioso el medallón con las sirenas, y amorcillos, diferentes entre ellos, que sujetan las bajantes de las aguas de lluvia, y que marcan el año que se supone que fue construida,  e intercalado, el año en que fue restaurada..

En otras épocas, una de las habitaciones ponían un Belén permanente que no quitaban y que podían visitar todo el que quisiera.

-Pensamiento-