lunes, 23 de marzo de 2020

Otro lunes en casa...Viaje virtual al ¡paraíso de las gaviotas!

Así es como hemos dado en llamar a la isla de Benidorm.
Sí, esa que rompe la línea del horizonte. Esa que se ve cuando se contempla el mar desde la bahía benidormense.
Se puede visitar porque se realizan excursiones ya que está a unas dos millas náuticas del puerto, unos 3 kilómetros y 704 metros.
  
Da gusto divisar, desde el mar, la costa, y cómo el barco se va aproximando a la isla.
Es una formación rocosa, con una superficie de unas siete hectáreas: 350 metros de longitud, por 360 metros de anchura. Habitada por ¡gaviotas!
Esos pájaros de la familia de los láridos. Monógamas, siempre con su misma pareja. Ahora están en época de apareamiento. Van de dos en dos, vigilando sus nidos, que jalonan todo el camino que sube al punto más alto, a 73 metros, del islote.
Es una reserva natural, el de la Serra Gelada -La Sierra Helada-. Llama la atención cómo están controlando las especies invasoras: las chumberas. Una cochinilla parásito de estas opuntias, ayuda a eliminarlas.
Pero eso a las gaviotas no parece importarles, como tampoco les inmuta el ir y venir por los senderos de todos los visitantes curiosos, sorprendidos por la cantidad de aves que sobrevuelan sus cabezas.
En su parte sumergida, miriadas de peces nadan tranquilos, a la par que la nave, por estribor -parte derecha- y por babor -parte izquierda-... ajenos a la curiosidad que despiertan entre los viajeros.
-Jedrea + Margalló-

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