Ayer, bien temprano, emprendimos la excursión al Balneario de Villatoya en la provincia de Albacete.
Éramos veintinueve personas.
Y tiramos por la carretera, la 330, que serpentea siguiendo el trazado del río Turia, flanqueada por un lado de rocas, pinos... y por otro, huertas, chopos. La música de fondo, el rumor del río, y el ronroneo del motor del autobús.
Villastar, Villel, Libros... Y en la lejanía, Ademuz. Allí la carretera se ensancha, jugando al escondite con tierras conquenses: Landete, Talayuelas, Sinarcas... y tierras valencianas: Utiel, Requena...
Las viñas, con las cepas como T retorcidas que extienden sus brazos entre los alambres definen las tierras valencianas.
Un AVE dibujó una rápida y veloz línea plateada, muy luminosa, en el horizonte.
Cogimos dirección Albacete, por la nacional 322: El Pontón, Los Isidros...y ya ¡Villatoya!
En el balneario, nos despedimos de Ángel, el conductor, que hizo honor a su nombre y condujo como tal.
Los trámites en recepción fueron rápidos. Nos asignaron habitación y hora del tratamiento termal. Todos alojados en el edificio El Marqués.
Era hora de conocer el complejo: ¿dónde está el comedor? ¿qué actividades podemos hacer? ¿en qué lugar se encuentra el salón social? Así, poco a poco fuimos recorriendo las dependencias más fundamentales.
Hay que reponer energías. Venga, a la cafetería exterior. Ya estaba abierta, pues todo allí huele a primavera bien asentada.
Me encantan los rosales en flor, el aroma del celindo...
Por la tarde ¡a la piscina! Un ratito de acuagym, dirigidos por Luis, el monitor. ¡Qué risas! ¡Divertido de verdad!
De allí, al tratamiento termal en la piscina de hidromasaje...
Toilette, cena y ¡al baile! ¡Día pasado!
Por la mañana, cada persona ha empleado su tiempo como más le ha apetecido: paseo por los alrededores, curas de belleza, masajes, envolturas en barro, tomar el sol, piscina exterior, y otros ¡más acuagym!
Después de la comida, momentitos de relax, tertulia con un café, aprendizaje de baile o sesión de pilates, sesiones de fotos en todos los rincones y con las bañeras antiquísimas:
Porque a las seis, salida hacia Teruel.
Ha sido una estancia corta, pero bien aprovechada. Hemos hecho muchas actividades y hemos practicado relaciones sociales.
El balance de la excursión ha sido muy pero que muy positivo.
Después de la comida, momentitos de relax, tertulia con un café, aprendizaje de baile o sesión de pilates, sesiones de fotos en todos los rincones y con las bañeras antiquísimas:
Porque a las seis, salida hacia Teruel.
Ha sido una estancia corta, pero bien aprovechada. Hemos hecho muchas actividades y hemos practicado relaciones sociales.
El balance de la excursión ha sido muy pero que muy positivo.
-Margalló-
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