Para el segundo día, una de las figuras capitales de nuestras letras. El matritense Quevedo [1580-1645].
Dato curioso, su apellido ha dado lugar a un epónimo {un antiguo nombre propio que ha dado lugar a un nombre común}, los quevedos, esos anteojos que utilizaba este autor.
En este fragmento se percibe su vehemencia:
-Margalló-
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