miércoles, 13 de julio de 2016

Una visita a Tenerife, en junio:

Estuve  hace algunos años en viaje de placer y me encantó.
Ahora, por otros motivos, volví  y me reencontré con este paraíso.
La primera impresión fue llegar procedente de Málaga, con un calor abrasador, y, al bajar del avión, recibí en la cara una frescura inesperada.
Rebusqué en la maleta algo de abrigo, que paliara los dieciocho grados...
Viento y lluvia se habían conjurado para recibirnos.
Increíble que en dos hora de vuelo se pueda encontrar ese contraste... 
Tras una noche fresca, desayuno y a buscar 
una tienda donde comprar algo de abrigo, por cierto, comercios  repleto de artículos...
Y así transcurrió mi primer día rodeado de nubosidad y de compras.
Día de rebajas. IVA al 7 por ciento... Acabé con buenas bolsas de compra y con ropa de todas las estaciones del año.








Y por el medio día hacia el norte, a comer... El Teide, encapotado... Restaurante guanchinche . Establecimiento característico de las Islas Canarias. Comida casera tradicional. Alimentos producidos  en las islas:  solo permiten  ofrecer productos propios de aquí, sabrosos  y naturales ...Vino a granel,  en vasijas de vidrio, sin etiqueta y ni falta que hace.
La tarde, por Santa Úrsula y sus campos de plataneras... que se extienden hasta el mar.
Allí se contempla el arduo trabajo para estos agricultores de balconadas construidas en las laderas del Teide, cuyo desnivel puede llegar al 70 por cien, mérito grande el suyo... Lo que hubiesen hecho de disponer de las grandes extensiones andaluzas que están baldías.

Siguiente día, de mañana, nubarrones negros que anunciaban tormenta, aunque con temperatura suave, nos dirigimos hacia el sur, pasando por La Laguna. Universidad más importante del achipiélago y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, en 1999.
Más hacia el sur llegamos a Candelaria. Lindas y espectaculares playas abiertas al océano... Calor sofocante... ¡Contraste de temperaturas! Apuntarse para comer por la aglomeración de gente que visita a la Basílica de la Candelaria,  donde tiene su santuario la Patrona  del archipiélago canario.
Con su hermosa plaza protegida  por estatuas de bronce  de los guanches, antiguos habitantes, anteriores a los descubridores del archipiélago.
Regreso a la capital,  desde bien temprano  con lluvias  y temperatura agradable.
Despedida de esta isla tan especial. 


Subir al avión con destino Málaga. Y a sus 38 grados. -Olmo-

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