sábado, 2 de enero de 2016

Una de cañas...

A mediados del siglo pasado, la caña, en sus diferentes  transformaciones,  tuvo una gran importancia en la industria, la construcción,   así como en la decoración   y mobiliario.

 En la zona donde vivo se cultivaban,  aunque no  precisaban de muchos cuidados.
Eso si, necesitaban de mucha humedad por lo que mayormente se criaban junto a ríos, arroyos, barrancos...
En la actualidad quedan pocos focos de cañas, debido a la menor humedad y la mecanización  de la tierra. Quizás por ese motivo es una planta protegida.
  
  Recuerdo que, de pequeño, se construían  casas a base de piedras, yeso, madera  y cañas. Estas servían de soporte, en las plantas, y en el tejado para servir de pavimento y sujeción de las tejas, sobre ellas se depositaba el yeso, que en la mayoría de los casos era el pavimento definitivo.
También  se usaban para decorar  las habitaciones, cubriendo el techo con cañizo, previamente  manipulado, y así, después de cubierto de yeso, aparecía el llamado cielo raso.
Actualmente tiene otros usos decorativos, como se puede apreciar en las imágenes:
Todavía en algunas zonas las usan para hacer vallas de separación, o para sujetar la arena de las playas.
    


En la actualidad, las que se consiguen,  solo se usan en las huertas para dar soporte  a plantas trepadoras, como el tomate, judías verdes y otros cultivos que tienen los tallos delgaillos.
Para esa función, lo mejor es cortarlas en esta época, aprovechando el descanso invernal en el que están las plantas, y para que el cañizar rebrote con fuerza en la próxima primavera.
-Olmo-

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