jueves, 21 de noviembre de 2019

Un jueves el el cibertaller, practicando con el Modernismo...

La profe ha hecho pirola. Ha decidido tomarse un kit-kat. Una pausa en su quehacer diario. Se ha ido a hacer unas vacaciones en un balneario.
Así que yo he decidido practicar un poco alguno de los conceptos trabajados en otras clases anteriores, y quiero escribir sobre la pasada Semana  modernista.
Este año vino mucha gente a visitarnos, cada año nos visitan más. Los turolenses se visten de época. Iban todos muy guapos, pero creo que destacaban las señoras, que iban muy elegantes.
En esos tiempos la alta sociedad ya tenía sus famosos modistos, quienes les hacían la ropa a medida. También se les alquilaban los trajes.
Todo para lucirse, paseando en los primeros automóviles que empezaban a transitar por las calles.
Tal como se recrea en la Semana Modernista turolense:
 
Poseían muy buenas casas.
Se las hacían los mejores arquitectos de la época. Pero, entonces, para economizar gastos, solo hacían muy cuidadas las fachadas, que resultaban obras de arte, esas que daban a las plazas y calles principales... ya que los muros de la parte lateral o 
de atrás las hacían  ¡sin gastar mucho dinero!
Es el caso de la Casa El Torico, en cuyos bajos estuvo durante muchos años una tienda de tejidos con el mismo nombre. Era una preciosidad con sus suelos de madera, sus mostradores oscuros, y su caja registradora, con la cajera subida en un taburete, en el medio del local.
    
Este año ¡hasta al Torico lo vistieron de Modernismo! 
Ha sido un fin de semana muy lucido.
-Clavel-

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