Merece la pena ir a verlo, pues es una exposición cedida por Ibercaja, de su Obra Social, difícil de ver luego si no vas a verla a Zaragoza, a su sede Central.
Son grabados realizados por Goya, desde 1810 hasta 1814, y constituidos por las atrocidades cometidas por los franceses sobre el pueblo Español, en la Guerra de la Independencia.
Es una crónica gráfica de los trágicos sucesos.
La serie está grabada al aguafuerte, con punta seca, lavis (una aguada a pincel), buril y barniz.
El aguafuerte es la técnica por excelencia del grabado.
Consiste en cubrir la superficie de la plancha de hierro o zinc, con un barniz a base de ceras, resistente a la acción del ácido que permitirá, una vez seco dibujar encima con un punzón o estilete que raye el barniz y deje la plancha al descubierto, pero sin penetrar en el.
Luego se sumerge la lámina con su barniz en una solución de agua y de ácido nítrico. De aquí le viene el nombre de aguafuerte.
En estas láminas, Goya redacta los acontecimientos vividos en la sangrienta guerra y de los fusilamientos, costes de cabezas y extremidades
Y las calamidades pasadas por aquella gente en aquella época, gente que pasaba hambre, miserias y múltiples crueldades.
Muchos de los defectos y sus problemas que Goya reflejó con sentido crítico en estos grabados, siguen hoy presentes en el tercer mundo con guerras, hambre y miserias en el siglo XXI, son escenas de absoluta actualidad.
-Pensamiento-
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