
Cada día, después de terminar mis obligaciones, hago una lista de las tareas para el día siguiente.
Claro, que establezco prioridades:


También escribo un diario, que no es sólo cosa de personas jovencitas. En el que anoto los objetivos de mi vida y los progresos que voy haciendo.
Esto me ayuda a actuar de manera reflexiva, cambiar lo que veo que no funciona.
Me permite ser constante y perseverar.
En esta etapa de la vida también hay que evolucionar, no estancarse.
¡Hay que mantener la mente activa! ¡Y el cuerpo también!
-Pensamiento-
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