martes, 12 de abril de 2016

En un balneario -I-


Con la primavera las plantas, los animales y las personas parece que despertemos del letargo invernal que nos impone la poca duración de la luz del día, y de el tiempo con temperaturas bajas o menos adecuadas para andar al aire libre.


Pues a mi, como a muchas otras personas, se nos despierta el reloj viajero
Aprovechando los programas de Termalismo Social, me he venido a pasar unos días a un balneario, a orillas del río Jalón.
Mi destino ha sido Alhama de Aragón, en el hotel-balneario del mismo nombre.
Desde Teruel, siguiendo el curso del río Jiloca, por la Autovía Mudéjar hasta Daroca.
La ciudad fundada a finales del siglo VIII, por los árabes. Con su muralla de 14 kilómetros, construida durante tres siglos, desde el XIII al XVI, conservada casi íntegra, se deja a la izquierda, camino de Calatayud.
Allí, se coge la AII, -la Nacional II,- que une Zaragoza con Madrid.
Te puedes salir por Bubierca, y a unos cuatro kilómetros, aproximadamente, ya está Alhama de Aragón.
En esta localidad hay dos balnearios, Termas Pallarés, un balneario de los clásicos, con su lago termal, de aguas mineromedicinal, único en Europa. Mantiene una temperatura constante, durante todo el año, a 28º, aunque mana a 32º. Su máxima profundidad es de dos metros.
En próximas entradas iré comentando sobre el entorno, para dar a conocer rincones de nuestra comunidad aragonesa.
-Margalló-

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