A veces, la fuerza de la costumbre nos hace caminar por la ciudad, de un lado a otro, sin percibir los detalles que hay a nuestro alrededor.
Esta mañana la temperatura suave invitaba a pasear descubriendo nuevos rincones: la zona entorno a la Avenida de la Virgen de Lledó.
En medio de esta larga avenida destaca el monumento a Tombatossals.
Es el forzudo gigante, hijo de Tossal Gros y de la Penyeta Roja, las dos rocas más admirables de la comarca de La Plana.
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Cuenta la leyenda que este gigante "derribó montes, allanó tierras, abrió zanjas, hizo correr acequias... y convirtió la tierra yerma de Castellón en un vergel feraz y fecundo..."
Quizás por eso muy cerca de este monumento se encuentra el espacio dedicado a huertos urbanos.
Continuando el paseo hacia el norte, la ermita de la Patrona de la ciudad: La Virgen de Lledó.
Un recorrido por una zona, a las afueras, en la que se disfruta de la verdadera esencia de Castellón.
Es el forzudo gigante, hijo de Tossal Gros y de la Penyeta Roja, las dos rocas más admirables de la comarca de La Plana.
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Cuenta la leyenda que este gigante "derribó montes, allanó tierras, abrió zanjas, hizo correr acequias... y convirtió la tierra yerma de Castellón en un vergel feraz y fecundo..."Quizás por eso muy cerca de este monumento se encuentra el espacio dedicado a huertos urbanos.
Continuando el paseo hacia el norte, la ermita de la Patrona de la ciudad: La Virgen de Lledó.
Un recorrido por una zona, a las afueras, en la que se disfruta de la verdadera esencia de Castellón.
-Margalló-
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