domingo, 20 de septiembre de 2015

Últimos días del verano:

Y yo lo despido de vacaciones en un balneario, a orillas del río Mesa.
Casi se está convirtiendo en una costumbre eso de venir hasta estos parajes a desconectar y descansar de los trajines veraniegos.
Además se acercan los días en que cada vez hay menos horas de sol, y este hecho provoca un desequilibrio en la persona, produciendo el bajón otoñal.
Hay, pues, que aprovechar la posibilidad de los programas termales para mejorar esa astenia otoñal, y ganar vitalidad, procurando dormir bien, tomar el sol, hacer ejercicio y levantar el ánimo.
El agua de los balnearios está especialmente indicada para tratar las enfermedades de las articulaciones, por su capacidad de relajar la musculatura sin efectos secundarios, y, por lo tanto, consigue mejorar el dolor.
También ha sido una ocasión de reencuentro con amistades: Luis y Alejandra, Enrique y Manolita.
Y han tenido lugar nuevas conocencias: Pepe y Mari, Vicente y Carmen, Emilio y Tere, Mary y Joaquín, Mary Luz y Pablo, Lucía y Jaime, Ana y Jose-Luis, Paquita y Nicolás, Pilar, Ignacio y Pili, Ángel y Pili, Cecilio y Felisa... De distintas partes de la geografía hispana, península e islas: Aragón, Cataluña, Castilla, Madrid, Gran Canaria o Mallorca... Pero a todos nos une la misma devoción, el amor a las aguas y a los balnearios.
Crear y reforzar lazos de amistad estimula la emotividad, y esto ayuda a disfrutar del presente y potencia el bienestar personal todos los días.
-Margalló-

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