miércoles, 1 de julio de 2015

Pensando ya en ti:

Debo y quiero preparar mi casa para lo que se avecina, la familia aumentará esos días, hijos ausentes durante el resto del año aparecerán por casa, se sumará seguro algún amigo o amiga, en total calculo que seremos más del doble de lo habitual.
Llevo trapala pensando en la comida, echaremos mano de la conserva que tanto les gusta y me liaré cualquier rato y prepararé un puchero de escabechao, habrá que comprar jamón y elaborar las socorridas tortillas de patata. 
El alborozo empieza por dolor de cabeza de pensar en los preparativos, pero lo hago con alegría, son nuestras fiestas patronales 'Las Fiestas del Ángel'. 

No puedo por menos que reflexionar sobre como las vivo ahora y como las vivía en mis años jóvenes, la diferencia es clara y contundente.
Supongo que mi madre tendría, por aquellos años, los mismos problemas que antes he mencionado, procurar que todos los miembros de la familia anduviésemos bien alimentados, tratar de guisar lo que se pudiese con anticipación para luego poder asistir a la mayoría de los actos y festejos del brazo de mi padre. Y ya por la noche puede haber nietos a los que cuidar de modo que, la noche está preparada para la gente joven.
Procuraremos dar nuestros paseos nocturnos aunque sea acompañados de los nietos, pero los daremos, veremos el ambiente de la Feria, del mercadillo de la Avda. Ruiz Jarabo, iremos a alguna actuación musical, en fin, atenderemos a la familia y aún nos sobrará tiempo de saborear Las Vaquillas.
Tenemos que ir al Centro Turia a recoger los vales de la Peña 'El Agüelo' y más de un baile nos espera en el Casino, de correr el toro ni hablar pero sí de verlo, sí de ir a la merienda el domingo por la tarde y sí de acompañar a la charanga de la peña sobre todo el domingo y el lunes por la mañana.
Este es, en resumen, mi plan de diversión para nuestras fiestas, quizás cause hilaridad en los jóvenes, pero muchos Mayores, como yo, pensarán que no está mal, que por tener tenemos hasta nuestra propia peña.
Me enorgullece seguir participando en La Vaquilla, como buena turolense me emociono con el toque del campanico, con el paso de las charangas de las peñas, con el chorro de juventud que al son de la música no cesan de bailar, los pies se van solos a pesar de la artrosis.
Tengo claro que La Vaquilla es de todos los turolenses y para todos los que quieran visitarnos esos días, que cada cual, a nuestro modo intentamos pasarlo lo mejor posible, que estamos contentos de tener a nuestros nietos por la noche para que nuestros hijos disfruten, que debo preparar comidas familiares, que hay que bailar y beber sangría, que para las próximas nadie sabe lo que pasará, por lo cual estas, ¡las mejores de mi vida en mis años!
-Lirio-

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