miércoles, 3 de junio de 2015

Del huerto al plato:

Con el final de la primavera, y la llegada del calor, la actividad en los huertos aumenta.
Yo veo un huerto como una porción d naturaleza, que hemos acotado y donde somos nosotros los que dirigimos, en gran medida, los procesos que han de tener lugar.
Pero, claro, a pesar de todo, sigue siendo parte del mundo natural, y todavía más si lo que pretendemos es cultivarlo biológicamente.
Un huerto requiere cuidados muy especiales, y por supuesto, mayores de los que exige un jardín. Pero a cambio tendremos el placer de preparar una rica ensalada con nuestros propios productos.
¿Qué os parece una refrescante lechuga acompañada de unos rabanitos recién cogidos?
La lechuga tiene propiedades y beneficios, entre los que destacan: su riqueza vitamínica y mineral, que ayuda al mantenimiento de una dieta equilibrada.
Gracias a algunos de sus oligoelementos como el hierro, zinc, cobre... combate eficazmente la anemia empobrecimiento mineral de la sangre.
La lechuga estimula el apetito y es un remedio natural para el aparato digestivo. Así, calma los ardores del estómago, tonificante y revitalizante este órgano.
El jugo de la lechuga tiene efectos sedantes del sistema nervioso. Por este motivo, es un hipnótico natural y proporciona la calma y sueño tranquilo a los nerviosos y a los que sufren ansiedad e insomnio.
Los rábanos son ricos en vitamina C, un potente antioxidante: mantiene en buen estado la piel e interviene en la formación de colágeno, base para los huesos, los nervios...También interviene en la absorción del hierro.
Otro antioxidante, el glucosinolato, le aporta el sabor ligeramente picante.
Y por si todo esto no fuese bastante, es un estimulante biliar. Por su efecto colagogo y colerético es estupendo para la salud del hígado.
Además, rico en fibra, bajo en calorías y diurético. ¿Quién se resiste a tomar rábanos?
-Margalló-

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