Ya
estamos terminando este periodo de preparación, la cuaresma, ese camino que
tenemos que recorrer para llegar a la Pascua, y se nos invita a través de la
Palabra de Dios a cambiar nuestro corazón, a veces insensible, duro, por un
corazón de carne, parecido al de Jesús, que se compadece de todos y a todos
acoge.
Hemos
buscado medios que nos han ayudado a interiorizar en nosotros mismos, por medio
de la oración-reflexión y también a relacionarnos con los demás como hermanos.
Para
ello, como en años anteriores hemos tenido cuatro encuentros interparroquiales:
· ➯ 25 de febrero, parroquia de S. Julián, “Subió con ellos a una montaña alta”. Profundizamos en la
oración como encuentro personal con Dios que nos llama relacionarnos con Él y a
bajar del monte para entregarnos a los demás.
· ➯ 4 de marzo, parroquia de S. León: “No convirtais en mercado la casa de mi Padre”. El templo es la
morada de Dios, es el lugar de encuentro con Él, donde se reúne la asamblea
cristiana para la oración, la escucha de la Palabra, y la celebración de los
sacramentos, sobre todo de la Eucaristía.
· ➯ 11 de marzo. Parroquia de S. Andrés:“El que obra perversamente detesta la luz”
Jesús es la luz que quiere iluminar nuestra vida. Si acogemos esta luz, nuestra
vida brillará como antorcha de bien en la oscuridad del mal.
· ➯ 18 de marzo: parroquia del Salvador de
la Merced “Pero si muere da mucho
fruto”. Sólo daremos fruto si, como el grano de trigo, morimos en favor de
los demás.
Después de estas tardes de reflexión, hemos tenido un refrigerio fraterno, donde hemos compartido unos dulces, y han resultado momentos muy animados.
Las claves de la vida es disfrutar de instantes alegres, haciendo cosas que te gustan, en unión con los demás.
Después de estas tardes de reflexión, hemos tenido un refrigerio fraterno, donde hemos compartido unos dulces, y han resultado momentos muy animados.
Las claves de la vida es disfrutar de instantes alegres, haciendo cosas que te gustan, en unión con los demás.
-Carrasca-
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