sábado, 20 de mayo de 2017

Peñíscola en la memoria -VII-:

Peñíscola vista desde el Monte Cerro, sólo se podía ver así en el siglo XIX.


Actualmente, la ciudad es como un gran museo.
En ella se concentran obras de arte  de diversas categorías: arquitectónicas, como sus murallas, que han permanecido a lo largo de los siglos: obras hermosas de la naturaleza, como una higuera que surge en medio de la calle o puestas de sol...

U obras de arte efímeras, como los castillos de arena:

A través de los tiempos ha tenido moradores ilustres. El más célebre, y que ha dado nombre por el que se conoce internacionalmente al castillo, es el aragonés Don Pedro de Luna, el Papa Luna, conocido en la lista eclesiástica como Benedicto XIII.
Allí residió desde 1414 a 1423.
Pero Peñíscola también entró en la historia española del siglo XIX por ser sitiada, en 1823, durante cinco meses de fuegos realistas, partidarios de Isabel II. Allí se libró una gran batalla entre las tropas isabelinas y los carlistas defensores del pretendiente a la corona, Don Carlos de Borbón.
En el recuadro de la imagen se muestra la foto de Vitorino Fabra Gil que ostentó el cargo de presidente de la Diputación castellonense, desde 1874 a 1891.
-Margalló-

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