Esta poesía hace mucho tiempo que la sé
y ahora al llegar estas fiestas la he recordado y me hace ilusión publicarla.
No sabía de quién era, he buscado en la
red y la firma Publio A. Cordero.
La mirada
del niño
Abrió los ojos el niño
y en otros ojos se vio.
Al verse tan pequeñito,
el niño se sonrió.
Es que su madre, la Virgen,
lo miraba con amor
y en sus brillantes pupilas
fue donde el niño se vio.
Todos los niños del mundo
lo mismo que el niño Dios
sonríen cuando sus madres
los miran llenos de amor.
- Rosamarilla -
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