viernes, 4 de diciembre de 2015

Sexto día: El Ensanche...

Un barrio nuevo nacido en la reconstrucción de la ciudad después de los desastres de la Guerra Civil.
En él he vivido sesenta años de mi vida, o sea, prácticamente su totalidad. En el centro de la ciudad sólo llegué a vivir unos 10 meses.
Con esto quiero decir que el desarrollo de mi ciclo vital ha corrido paralelo al crecimiento del Ensanche.
Con dos años y medio mi familia se fue a vivir al  Barrio, a la zona de la Plaza de Toros, y de la fábrica de zapatos de Andrés Teruel, actualmente desaparecida.
Entonces parecía que vivía muy lejos, de tal forma que cuando íbamos a la Plaza de San Juan o a la Plaza del Torico...decíamos 'Vamos a Teruel'.
                                  
El Ensanche de aquel tiempo, el de los años cincuenta, empezaba en la Fuente Torán, seguía por El Colegio, y continuaba con unos pequeños soportables que acogían una lechería, una carnicería y el inefable bar El Pegaso. Y ya fuera, la tienda de comestibles del señor Delfín.
      
Ese espacio fue concebido como un pequeño mercado,  y todavía subsiste, aunque sólo quede como testigo de aquellos tiempos el bar. 
Pero todavía conserva sus mosaicos y su placita empedrada, como se puede observar en las imágenes.
  
Enfrente al Colegio estaban, y están, las oficinas de Obras Públicas, la Gasolinera, el hotel
  
Oriente, y el taller de Chiquitinas, -ya desaparecido- y cruzando mi calle -la entonces llamada Avenida de Segorbe y actualmente la calle Córdoba-, el Gobierno Militar, y las casas de Salesa.
Ah, olvidaba la casa de los picos, y el estanco, a ambos lados de la calle San Vicente de Paul.
Ahí acababa la zona poblada, puesto que paralelos a la carretera de Valencia sólo había montículos con algunos chalets, y aislada, una carpintería en la que vendían miel. En mis recuerdos van asociados el olor a madera, a serrín junto al de la miel.
Y, ya en frente a la carretera Castralvo, una casa de tres pisos que aún pervive.
Ahora ya no vivo en este primer ensanche, pero si lo hago en el segundo ensanche.
Este barrio, que actualmente acoge a muchos turolenses, lo considero mío, y me gusta deambular por sus calles, porque todas guardan recuerdos, vivencias y emociones únicas para mi.
 -Margalló-

No hay comentarios:

Publicar un comentario