En el
siglo XIX – XX el Arrabal era un barrio vivo, alegre, con mucho movimiento,
amable, afable, buena gente.
Su población era gente trabajadora y la amistad
era una de sus virtudes.
El Arrabal era como una gran familia. Todos se
conocían por su nombre y “apodo” . Muchos de ellos se dedicaban a la agricultura
Gente fuerte y trabajadora,
pues en aquellos años no existían los adelantos que hoy tienen los agricultores,
todo era a base de mucho esfuerzo; sus herramientas de trabajo eran sus manos,
el arado, la azada etc.
El trabajo que
realizaban llegaba hasta el agotamiento
pues
era un trabajo de sol a sol, pero a
pesar de ser tan duro eran alegres y solidarios entre ellos.
También
había tres ollerías, como se les llamaba entonces a las tiendas que se
dedicaban a la venta de cerámica fabricada en sus alfares a base de torno. Una
de ellas era “Los Punter”, con varias generaciones de alfareros.


Existían también dos alpargateros artesanos que trenzaban el cáñamo para formar la suela que después terminaban con la tela y las betas, dándole forma a la alpargata, ¡todo un arte!
Tres
hornos de pan, las tres tahonas, donde las mujeres iban a cocerlo con la masa que
habían preparado en sus casas de madrugada,
dejándola dormir hasta que fermentase. También solían hacer tortas y
pastas. Uno de estos hornos data del siglo XIV y estuvo en activo hasta casi
finales del siglo XX.
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Hornos para cocer el pan, como eran entonces... |

Había
un sinfín de actividades diversas que brevemente enumero:
Un sillero que torneaba los palos de
las sillas a base de pedal y hacia los asientos de enea. Una sastrería de
caballeros. Una barbería, como se llamaba a las peluquerías de señores, pues
iban más a afeitarse que a cortarse el pelo. Dos Carnicerías. Dos herreros, uno
de forja y otro de herrar caballerías. Dos Fondas, una la de “Petronila” y otra del
“Mosquito”. Dos fruterías. Dos tiendas de Ultramarinos -una de ellas de mis
padres-. Dos bares, uno de ellos Bar Churrería. Dos cantinas. Un afilador y
paragüero. Un estanco donde aparte del tabaco comprábamos sellos para franquear
las cartas, ya que entonces era nuestro
modo más habitual de comunicarnos.
Y lo
más importante: "Las Escuelas". “Las Escuelas del Arrabal
fueron el primer grupo de Escuelas Graduadas de Teruel”. Se construyeron en la
primera década del siglo XX y, actualmente, este edificio está ocupado como Archivo Histórico Provincial de Teruel.
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Escuela graduada de niños, sobre el 1910 |
Por
ellas han pasado y han adquirido sus conocimientos básicos y elementales
cientos de niños y niñas turolenses, personas que ya hombres y mujeres formaron, y forman, parte de la cultura turolense.
Escuela graduada de niños convertida en Archivo Histórico Provincial |
Archivo Histórico Provincial de Teruel |
Todo
esto era la calle Mayor. Donde yo jugaba a la comba, al escondite, a tres
navíos, a la raola o luneta, como se decía entonces, a las tabas y cuando llovía
hacíamos figuritas de barro, con barro de los Monotes que nos traían nuestros
hermanos. Éramos niños felices jugando en la calle. No necesitábamos ni tele,
ni videoconsolas, ni tablet, ni móviles inteligentes con WhatsApp... Nuestro
móvil era la conversación, las amigas, el ir a pasear a la plaza del Torico, al
cine... y, en verano, a la Glorieta a tomarnos un refresco en el bar Nido. Eso era cuando la Glorieta tenía
árboles y jardines convirtiéndola en un lugar fresco y agradable, como se puede apreciar en otra entrada de este blog.
Así era
nuestra vida en el barrio del Arrabal.
Escaleras actuales, de conexión del Arrabal con el Centro de Teruel, también llamadas "Las Escalerillas del Arrabal" |
Mi
intención ha sido comentar un poco el pasado que ahora parece de ficción, pero he
querido reflejar como se vivía entonces, que era
distinto a como se vive ahora. Lo que sí es cierto que con menos cosas
vivíamos muy felices..
-Rosamarilla-
Buen trabajo rosaamarilla felicidades
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