Con la llegada del verano, la cocina se transforma en cierto sentido. Por un lado, se evita el calor de los fogones, por otro y, con la llegada de frutas tempranas y hortalizas recién cortadas, se pueden elaborar unos platos sencillos y nutritivos.
En esta ocasión les presento la pipirrana de Jaén.
Es una comida de la dieta mediterránea refrescante, porque aporta mucha agua, y todas las propiedades de los ingredientes: la vitamina C del tomate y del pimiento; propiedades antisépticas y depurativas del ajo; los ácidos grasos poliinsaturados y la capacidad antioxidante del aceite de oliva, las proteínas del huevo...
Es una comida de la dieta mediterránea refrescante, porque aporta mucha agua, y todas las propiedades de los ingredientes: la vitamina C del tomate y del pimiento; propiedades antisépticas y depurativas del ajo; los ácidos grasos poliinsaturados y la capacidad antioxidante del aceite de oliva, las proteínas del huevo...
Y si le añades atún, además de ser un alimento proteínico, su riqueza en yodo en vitamina E y B3, beneficiosas para el sistema circulatorio y reducir el colesterol.
Como se puede apreciar, está para comérsela.
Solo necesitas: sal, aceite puro de oliva, tomate bien maduro, pimiento verde o rojo, ajos.
En esta ocasión se me olvidó añadir la manzana sanjuanera, También le cae bien: pepinos huevos cocidos, atún...
Se puede añadir, así mismo, algo de pan.
Esto lo admiten todos los productos de la huerta, así que ¡ánimo! y ¡a la pipirrana!.
¡Ah!, y si sobra, ¡al frigo! y, por la noche, cena hecha. ¡Qué aproveche!
-Olmo-
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