Con el final de la primavera, y la llegada del calor, la actividad en los huertos aumenta.
Yo veo un huerto como una porción d naturaleza, que hemos acotado y donde somos nosotros los que dirigimos, en gran medida, los procesos que han de tener lugar.
Pero, claro, a pesar de todo, sigue siendo parte del mundo natural, y todavía más si lo que pretendemos es cultivarlo biológicamente.
Un huerto requiere cuidados muy especiales, y por supuesto, mayores de los que exige un jardín. Pero a cambio tendremos el placer de preparar una rica ensalada con nuestros propios productos.
¿Qué os parece una refrescante lechuga acompañada de unos rabanitos recién cogidos?
¿Qué os parece una refrescante lechuga acompañada de unos rabanitos recién cogidos?
La lechuga tiene propiedades y beneficios, entre los que destacan: su riqueza vitamínica y mineral, que ayuda al mantenimiento de una dieta equilibrada.
Gracias a algunos de sus oligoelementos como el hierro, zinc, cobre... combate eficazmente la anemia empobrecimiento mineral de la sangre.
La lechuga estimula el apetito y es un remedio natural para el aparato digestivo. Así, calma los ardores del estómago, tonificante y revitalizante este órgano.
El jugo de la lechuga tiene efectos sedantes del sistema nervioso. Por este motivo, es un hipnótico natural y proporciona la calma y sueño tranquilo a los nerviosos y a los que sufren ansiedad e insomnio.
Los rábanos son ricos en vitamina C, un potente antioxidante: mantiene en buen estado la piel e interviene en la formación de colágeno, base para los huesos, los nervios...También interviene en la absorción del hierro.
Otro antioxidante, el glucosinolato, le aporta el sabor ligeramente picante.
Y por si todo esto no fuese bastante, es un estimulante biliar. Por su efecto colagogo y colerético es estupendo para la salud del hígado.
Además, rico en fibra, bajo en calorías y diurético. ¿Quién se resiste a tomar rábanos?
-Margalló-
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