jueves, 24 de agosto de 2017

Cuentos para mi nieta: nº 1

Esta es la historia de una niña que se fue con sus padres a pasar un día de campo, en un restaurante en el cual había un espacio con muchos juegos para los peques.
Ella escogió un columpio, mientras sus padres hacían tiempo para comer.
Estando columpiándose oyó unos maullidos, miauuu, miauuu...
Se bajó del columpio y fue a ver de qué se trataba.
Era un gatito muy pequeño y precioso. Lo envolvió en su pañuelo y fue a enseñárselo a sus papás.
       
Preguntaron al propietario del Restaurante si era suyo, y éste dijo que no.
En vista de ello, con lágrimas en los ojos les pidió a sus papás quedárselo. 
Como es natural le contestaron que no, porque los animalitos necesitan atenciones, hay que dedicarles tiempo, dejan muchos pelos en sofás, alfombras...
Ella se comprometió a cuidarlo y a enseñarle que no debía subirse a los sofás, en como hacer sus necesidades en la casa, ya que disponían de un pequeño jardín... Así que le permitieron quedárselo.
De vuelta a su casa, compraron una tetina en la farmacia, para darle leche y quedó en llamarle Chiquitín.
Desde ese día lo enseñó a estar en un cajoncito de madera y, como era tan pequeño, aprendió a hacer lo que su dueña le mandaba. El gatito le hacía caso y fue educándose.
Tanto quería a la niña que, todos días, la esperaba en la puerta de la casa, y se ponía encima de la mesa donde hacía los deberes que le mandaban en el colegio.
La niña y el gatito Chiquitín se convirtieron en unos grandes amigos.
Su moraleja es que tenemos que hacer aquello a lo que nos comprometemos.
 -Pensamiento-

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