miércoles, 26 de octubre de 2016

Minivacaciones en Catí -II-

En el entorno de L'Avellà se va de sorpresa en sorpresa.
Iré mostrando algunas facetas de este sitio.
Para llegar a él, se tiene que subir montaña, una carretera sinuosa, coronada, actualmente por un túnel que desemboca en este barrio.
Cuentan que antiguamente había un prigonet, -un peiron- una cruz sobre un pilar de piedra. Fue robada, y fue repuesta, por cuestación popular entre el grupo de amigos que he conocido aquí.
  
Las  aguas del manantial del Avellà, nacen de una fuente de roca calcárea. Son conocidas desde tiempos de los árabes, que ya conocía sus propiedades curativas, especialmente para la piel o el riñón.
Fue declarada de utilidad pública en 1928.
                 
A 960 metros de altitud. Lugar de devoción ancestral. Alrededor de él han crecido una serie de edificios: El eremitorio de Nuestra Señora de la Misericordia, o Virgen de L'Avellà.
La ermita, del siglo XVI, fue sustituida por la actual ermita que se construyó a principios del XVIII.
La pinturas de la parte norte, la de la capilla son de Francisco Blasco y las de fuera de Tomás Maspletera.
Su fiesta se celebra cada 8 de septiembre.
Al lado está el Hotel 'Casa Banys'.
Un lugar precioso. Rodeado de hermosas montañas, pobladas de encimas milenarias. Antiguo. Tanquilo. Está situado en una hondonada.
Y cierra los alrededores de la fuente, la Fonda L'Avellà, de 1786. Actualmente, vacía y parece que en rehabilitación.
 
Aquí hemos conocido a Conchita, nacida en la Masía Segarra, la madre iniciadora del negocio de la Hostelería. Teresa, la dueña, estupenda cocinera y que ha decorado todo con mucho gusto, creando un ambiente cálido y acogedor.
Encarna y Mónica, o Ramona y todo el resto del personal, atienden a los hospedados de un modo amable y genial.
En el Hotel hemos coincidido con cinco matrimonios, amigos desde pequeños, grandes andarines y que fueron clavarios de la Virgen de L'Avellà.

Ahora son la Junta de L'Avellà: Eladio y Pepita -en su casa de la Calle Mayor aun se conserva la habitación donde pasó la noche San Vicente Ferrer, en 1412-, Vicente y Vicentica, José y Angelita, Paco -el más madrugador y gran buscador de hongos- y Teresa, José Daniel y Vicentica - que han sido tan amables de proporcionar datos de un libro editado por la Diputación y los Ayuntamientos, de 1925-
   

Desde hace seis años, suben a hacer la novena y venerar a su Virgen. Todas las tardes, encuentran un rato para dedicarse a cantar los gozos y la salve, rodeados de los frescos de Pascual Mespletera, que cubren la bóveda y paredes del Santuario -algunas todavía en restauración-.

-Margalló-

2 comentarios:

  1. Con estas entradas de tus vacaciones, nos haces participes de tus excursiones, me gusta mucho, sigue así bonita..

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    1. Muchas gracias por escribir un comentario.
      Es estupendo que te gusten estas entradas.
      Así el placer es doble: lo vivo en primera persona, y parece que transmito ese gusto a los lectores ;D

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