Como cada otoño, y debido a la buena acogida que está teniendo el vino de mi cosecha, entre los que lo han probado, me pongo manos a la obra, siempre con la ayuda de familiares.
Primero la vendimia. Unos racimos hermosos, tanto los blancos como los negros.
Luego el posterior traslado al espacio preparado para la faena:
Echamos los racimos a la despalilladora, una y otra vez, para dejar la uva bien limpia y abierta. Luego, posteriormente, la estrujamos en la prensa y el caldo, el mosto, se escurre al recipiente... Ese zumo de la uva, con la fermentación, se transformará en mi famoso vino, de color ambarino:
Como se aprecia en las fotos, la cosecha fue buena. Y según los entendidos, al llover muy poco o nada desde abril, debe salir un buen caldo.
"Donde el vino entra la verdad sale."
"Alababa al vino que lo ponía en las nubes,
pero no lo dejaba mucho para que no se aguase."
"Quien no fuma ni bebe vino, el diablo lo lleva por otro camino."
¡¡A tomarlo
con gusto!!
Muchas gracias por compartir con nosotros tus experiencias de vendimiador.
ResponderEliminarViviendo en la ciudad, a veces, olvidamos que la naturaleza nos ofrece maravillas todos los días. :D