domingo, 1 de febrero de 2015

Una sobre vinos


Un día viendo como no se consumían las uvas de parral  que tengo para dar sombra,  en  mi huerta, decidí cogerlas y  estrujé el excedente 
con
 las manos.   Salio como 5 litros de caldo.
Una vez que terminó la fermentación,  al cabo de unos 15 días ,  lo cerré herméticamente  y a los  30 días, más o menos,  probé  el liquido, quedé sorprendido de la calidad del vino que resultó.


Tras esa experiencia, en los años siguientes  fui aumentando la producción,  hasta el punto que he plantado nuevas cepas  y en la actualidad  la cosecha es de unos  200 litros.

La elaboración, totalmente artesanal, no es muy laboriosa. Cualquier persona lo puede hacer.
Yo, como herramientas,  tengo una despalilladora  manual,  así como una prensa  hecha artesanalmente, en casa.
En esto del vino existe cierto secretismo  entre las personas  que lo elaboran, pero mi método es muy  simple.
 Primero, se usa la despalilladora, y, manualmente,  de  despojan  del racimo, las uvas que no se han separado  con la máquina.  Así, en esta fase, ya se libera  el caldo que va apareciendo, del resto de masa. Esta se vuelve a  introducir en la prensa  y, ahí, con paciencia,  hasta sacar l a cantidad máxima de líquido.
 
El caldo lo introduzco en depósitos de 100 litros, donde se queda hasta el final de fermentación  que viene a ser unos 20 días.
Una vez que ha dejado de hervir, lo tapo herméticamente por un período de 40 días, pasados los cuales ya se puede consumir.

Es conveniente  trasegarlo  a otro recipiente,  para que no  se perciba el olor a los posos que se han depositado en el fondo. Y nada más. 







La época ideal para su consumo  es  hasta final de abril,  ya que al ser natural y no tener conservantes, puede estropearse con el cambio brusco de temperatura. 
Aquí le llamamos vino del terreno. Con este procedimiento, el color  es blanco aún teniendo su origen en la uva negra.
La elaboración del vino tinto precisa otro método, cuyos pasos dejo para  un próximo día.
Aquí os copio una antigua coplilla que se canta en las fiestas:
"Ceferino murió  ahorcado por beber  agua en vez de vino.
¡Tabernero, dame vino, que no quiero morir como Ceferino!"
-Olmo-

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