Siempre que llegan estas próximas fiestas de Navidad, me acuerdo de mi
esposa los platos que nos preparaba para celebrarlas con nuestros hijos y nietos,
esperando, con ilusión, sacase el plato que le pedíamos todos.
El segundo, para el que quería comer, una anguila. Ambos platos con su
salsa de almendricas.
Y el tercero, no podían faltar nuestros langostinos terminados
de hacer en mi terraza con una placa metálica y en la que, una vez
caliente, se puede hacer o asar lo que quieras.
Y llegaba el plato estrella. El que todos estábamos esperando: el flan mal hecho, que cuando se sacaba de la
flanera, se despaturraba y
no era un flan corriente. De ahí el nombre que nosotros le dábamos.
Luego, como es natural, no podían faltan turrones, peladillas,
polvorones… esas menudencias que más les gusta a los críos, ¡y a los mayores!
No hay comentarios:
Publicar un comentario