Hoy, día 1 de abril
me pongo a contar algo sobre el tema del tren que ya existía y se fue dejando...
dejando por los políticos.
Teruel es
una ciudad pequeña, pero siempre parece que ha estado controlada por
personas que nunca quisieron que hubiera desarrollo. Parece que preferían
que quedara siempre igual, a orillas del progreso.
Se encuentra
situada, aproximadamente, a 144 kilómetros de Valencia; a 140, de
Castellón y a 180 de Zaragoza. Pero parece que esas distancias, sean
mayores, porque las comunicaciones son fatales. Sólo si tienes medios de
automoción propios puedes moverte.
Hacia el 1978, en
Teruel, había más trabajo, más trenes y empezó a moverse, pero a partir de
ahí se tiró muchos años parada. En aquella época había tren Talgo, era un tren
de los de primera, a nivel nacional. Pero luego lo eliminaron. Quedamos orillados.
Y así empezaron
las reivindicaciones: ¡Necesitamos una buena red de transporte! ¡Necesitamos
que mejoren la red de ferrocarril! Teruel se ha quedado aislada. Aparcada de la
actualización que han sufrido otras ciudades.
Ha habido
protestas muy a menudo. Creo que unas cuantas al año, pero nadie supo escuchar
a Teruel y a los turolenses.
Se creó un grupo
que se hizo oír por todas partes, con el lema "Teruel existe". La
frase hizo diana, pero todo siguió igual.
Hay que decir que, en las manifestaciones, no solían participar mucho el pueblo. Los
turolenses son pacientes. Pero todo tiene un límite, y ese ha sido rebasado
cuando han decidido desviar todo el tráfico del ferrocarril del Norte a
Tarragona para llegar a Valencia. Es necesario que el corredor ferroviario pase
por Teruel. Es imprescindible para que la ciudad no muera.
Por eso hoy han
dicho ¡¡basta!!.
todo el mundo ha participado. Jóvenes y mayores, del los pueblos y de la ciudad...
todo el mundo ha participado. Jóvenes y mayores, del los pueblos y de la ciudad...
Me ha gustado ver
como la gente se da cuenta que las cosas hay que pedirlas, pedirlas y pedirlas.
Así que hoy la
manifestación ha sido hacia Zaragoza. Mañana será hacia Valencia.
A ver si nos
hacen caso, que ¡¡no pedimos imposibles!! Sólo que parte de nuestros impuestos
se inviertan en nuestra tierra y en nuestros ciudadanos.
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