Las nubes azulgrises hinchadas de agua predicen la lluvia.
Esa lluvia que deja desiertas las calles, y hace solitarias las terrazas.
Sólo algunas personas intrépidas, paraguas en mano se aventuran a afrontar los goterones que ponen triste y brillante la ciudad.
El mes de julio se despide entre calores, tormentas y añoranzas.
Esa lluvia que deja desiertas las calles, y hace solitarias las terrazas.
Sólo algunas personas intrépidas, paraguas en mano se aventuran a afrontar los goterones que ponen triste y brillante la ciudad.
El mes de julio se despide entre calores, tormentas y añoranzas.
-Margalló-
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