domingo, 29 de diciembre de 2019

Reflexiones en la Jornada de la Sagrada Familia:

La familia es el fundamento y la base de la persona. En su entorno se aprende los valores y actitudes que durarán toda la vida.
Este año se celebra bajo el lema "La familia, escuela y camino de santidad".
Aquí dejo un texto que he leído en la revista El Mensajero de san Antonio. El artículo lo firma Martín Irure, y extraigo estas reflexiones:
"La alegría se aprende.
El niño va descubriendo en sí mismo y en la familia la alegría.
Los sentidos le abren al ambiente que le rodea: papás, hermanos...Va captando los diferentes ruidos, colores, sabores del hogar familiar y de la calle.
La alegría y el bienestar lo van diciendo su sonrisa, sus gritos, sus abrazos y besos. Ya va derramando el amor que su corazón está almacenando.
Un niño que sonríe es la mejor bendición para los papás que lo cuidan y para sus hermanos, con quienes juega y de quienes aprende la convivencia. (...)
La alegría es una asignatura que no se termina de aprender a lo largo de la vida... Y que merece toda atención, cuidado y dedicación. (...) Porque la alegría es signo evidente de la salud psicológica, que cada uno, sobre todo, debe cuidar y desarrollar.
Esta actitud constante dejará en el interesado una paz y serenidad interiores, que serán la mejor postura para ver la vida de color agradable y atractivo y la defensa más poderosa ante posibles atentados externos e internos de frustración, fracaso y amargura."
Así que en el día de la Sagrada Familia intentemos tenerla como modelo de entrega, dedicación, cariño, seguridad y armonía... entre todos los miembros de nuestras familias.
-Carrasca-

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