domingo, 17 de marzo de 2019

Segundo domingo de Cuaresma:

"Cuando iba a ponerse el sol, un profundo sueño invadió a Abrahan y un terror intenso y oscuro cayó sobre él. El sol se puso y vino la oscuridad". Ese es el escenario en el que Dios se muestra a Abrahan para concertar con él una alianza. (Gén 15,12-17)
El relato subraya la iniciativa de Dios.
Dios saca de su tienda a Abrahan, le invita a mirar al cielo, le recuerda el pasado en el que lo sacó de su tierra de Ur y le promete un futuro en el que le dará en propiedad la tierra en la que ahora se encuentra.
Si el texto anota la oscuridad en la que se ve envuelto Abrahan, el salmo responsorial canta el misterio de la luz que guía a los creyentes:

'El Señor es  mi luz y mi salvación. ¿A quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida . ¿Quién me hará temblar?' [Sal 26,1]"
Un Dios invisible a los ojos humanos, pero cercano a todos los que han de prestar oídos a su palabra y su mensaje.
-Carrasca-

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