Como digo, siempre estamos mirando al cielo por si se digna llover, o por si no lo hace.
Y el día que lo hace cae una pequeña tronada, aunque cargada de piedras, como monedas de dos euros, que ya conté en otra entrada.
Eso si no ocurre como la que se ha contado aquí, del día 23 de julio, que, en Rubielos, cayeron granizos como bolas de tenis, rompiendo hasta los cristales a más de cien coches, que se habían desplazado hasta allí para pasar el fin de semana.
Se produjeron daños en techos de naves, y desastres varios. Si picas en el enlace podrás ver más imágenes.
Creo recordar que, en el año 1983, en un país asiático, cayeron piedras hasta de un kilogramo, produjeron unos noventa y tres muertos e infinidad de daños...
Creo recordar que, en el año 1983, en un país asiático, cayeron piedras hasta de un kilogramo, produjeron unos noventa y tres muertos e infinidad de daños...
Con razón dice el refrán "En agosto, frío en rostro".
-Pensamiento-
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