Un día, viendo un
programa de Televisión donde explicaban las técnicas de cómo llevar
a cabo una exploración las mujeres en sus pechos para saber si tenían
algún problema.
Mi señora (
q.e.p.d. ) notó un bulto en uno de sus pechos. Aquella noche no pudimos
dormir de lo preocupados que estábamos.
A la mañana
siguiente fuimos a ver a nuestro médico de cabecera, quien nos dio un volante
para ir al Especialista en la Residencia Padre Polanco. Pero como ustedes saben
bien, nos citaron para la visita al cabo de varios meses.
Yo, todo
preocupado, le dije nos vamos la Universidad de Navarra, pero mi esposa no
quiso.
Por fin llego el
día que nos atendió el médico especialista.
Nos dio un
volante para Zaragoza, para el Hospital Miguel Servet, con el fin de que
le realizaran una mamografía. Por aquel entonces todavía no hacían esas pruebas
aquí, en nuestra ciudad.
¡Otra vez a
esperar varios meses!
Por fin nos
llamaron. Fuimos y le realizaron la mamografía, la cual salió que se trataba de
un bulto de grasa... A todo esto, estábamos bastante compungidos, viendo salir
algunas señoras llorando de la consulta porque tenían cáncer de mama.
Fuimos a dar
gracias a la Virgen de Pilar, y no quisimos saber nada de Zaragoza, echando
chispas el coche, hacia Teruel, para darles la noticia a nuestros hijos.
Luego, para quitarle el bultito, le operaron en Teruel, con
muy buena técnica, porque al cabo de varios meses no se sabía que pecho fue el operado,
de bien que quedo.
Hoy, me ha venido
a la cabeza esta experiencia de nuestra vida, y me solidarizo con todas
aquellas personas que reciben noticias preocupantes, aunque la lucha contra esa
enfermedad ha avanzado muchísimo.
-Pensamiento-
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