Ahora voy explicar una forma de poder consumirlos tal como se cogen del árbol, conservando su dureza, su color, pero pero dejando atrás su estridencia en el paladar .
La preparacion es muy fácil.
Consiste en introducir en un recipiente cierta cantidad de caquis, valdría por ejemplo una nevera de playa.
Cuando ya hayamos colocado la fruta, completaremos el proceso introduciendo una vaso con licor: brandi, wiski, o similar. 
Cerrándola y manteniéndola en ese estado unos 6 días, ya los tendremos para consumir,
Si te animas a hacerlo, verás que después de esto, podrás probar y comprobar que desapareció la estridencia, quedando listos para comer. Con ese sabor dulce, suave, aterciopelado y característico.
Puedes hacerlo de otra forma y esta es dejarlos extendidos, hasta que estén tiernos y de color más rojizo.
De una u otra forma, tendrán en su punto las propiedades saludables de esta fruta.
Como esta de mi desayuno de hoy, un día nublado alegrado por los rayos de color del caqui:
Como esta de mi desayuno de hoy, un día nublado alegrado por los rayos de color del caqui:
Pero por si te apetece comerlos de otra forma, te escribo aquí otra manera.
Es una receta muy antigua. Consiste en preparar una ensalada a base de tomate crudo, pimiento, dientes de granada -otra fruta propia de otoño con gran valor antioxidante- y caqui madurado al natural. Le añades una pizca de sal y aceite puro de oliva.
Aporto un truco: Los dientes de granada conviene machacarlos en el mortero y añadir este jugo al resto de ingredientes. Verás que aliño más rico.
-Olmo-
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