Pierres
Vedel es la figura más relevante de la arquitectura del siglo XVI en sur de
Aragón.
Pese a ser francés, sus obras más conocidas se realizaron por la comarca de Teruel.
Pese a ser francés, sus obras más conocidas se realizaron por la comarca de Teruel.
La fama le llegaría a partir del talud de la Torre Mudéjar de San Martín en el año 1549-1551, ya que su inclinación aumentaba peligrosamente, debido a unas filtraciones de agua.
A esto le seguiría la traída de aguas a Teruel (1551-1558), de la que voy a hablar en esta entrada, si tienes la amabilidad de seguir leyendo.
a él se le debe también: la Mina de Daroca; la
iglesia de la Inmaculada en Santa Eulalia del Campo; la traída de aguas a Celadas(1560 ); obras en la catedral de Albarracín (1556-1560) y, la última inacabada
obra, en la Iglesia de Santa María de Albarracín.
Hasta mediados del siglo XVI, Teruel
emplazado en lo alto de una muela carecía de agua corriente.
Hasta ese momento dependía de grandes aljibes construidos a últimos del siglo XIV y de varios pozos y aljibes, más pequeños, distribuidos por varios puntos del casco urbano, pero esto no era suficiente para satisfacer las necesidades de la población.
Hasta ese momento dependía de grandes aljibes construidos a últimos del siglo XIV y de varios pozos y aljibes, más pequeños, distribuidos por varios puntos del casco urbano, pero esto no era suficiente para satisfacer las necesidades de la población.
Aljibe en la Plaza Carlos Castel - El Torico-, actualmente visitable. |
La traída de las aguas era una asignatura
pendiente que Teruel no había conseguido resolver desde su fundación, pese a su
carácter de Villa fortificada.
Los aljibes de la Plaza Mayor solo solucionaban una parte del problema.
En 1537, el Concejo asumió el reto de llevar el agua del manantial de la Peña del Macho hasta la Ciudad. Pero la población no lo aceptó, por el elevado coste de las obras, y no llegó a realizarse.
Los aljibes de la Plaza Mayor solo solucionaban una parte del problema.
En 1537, el Concejo asumió el reto de llevar el agua del manantial de la Peña del Macho hasta la Ciudad. Pero la población no lo aceptó, por el elevado coste de las obras, y no llegó a realizarse.
FUENTE Y PEÑA DEL MACHO |
PEÑA DEL MACHO |
En 1551, el Concejo encargó a Vedel el
inicio de las obras, reto que era complicado.
La conducción del agua de la Peña del Macho debía cubrir una distancia de 4.550 metros, realizada con 12.000 arcaduces de cerámica y 140 arquetas.
Además, había que salvar numerosos obstáculos naturales: barrancos, elevaciones y laderas de fuerte pendiente.
La conducción del agua de la Peña del Macho debía cubrir una distancia de 4.550 metros, realizada con 12.000 arcaduces de cerámica y 140 arquetas.
Además, había que salvar numerosos obstáculos naturales: barrancos, elevaciones y laderas de fuerte pendiente.
PUENTE DE CONDUCCIÓN DE AGUA |
ARCADUCES de cerámica |
Las limitaciones técnicas fueron
importantes. El agua debía ir en arcaduces, unos tubos troncocónicos, de cerámica, de
poco más de 40 cm. que se encajaban unos con otros.
Aunque se sellaban las juntas entre arcaduces, estos no eran adecuados para trasladar el agua a presión, lo que entrañaba cierta dificultad.
En todo el recorrido, el agua se conducía ayudándose de las leyes físicas: por fuerza de la gravedad, y de una pendiente bastante homogénea.
El margen con el que podía jugar Vedel era muy limitado, dado el escaso desnivel existente entre la Peña del Macho y la Ciudad. La pendiente que se le dio finalmente a la construcción fue del 0,91%
Aunque se sellaban las juntas entre arcaduces, estos no eran adecuados para trasladar el agua a presión, lo que entrañaba cierta dificultad.
En todo el recorrido, el agua se conducía ayudándose de las leyes físicas: por fuerza de la gravedad, y de una pendiente bastante homogénea.
El margen con el que podía jugar Vedel era muy limitado, dado el escaso desnivel existente entre la Peña del Macho y la Ciudad. La pendiente que se le dio finalmente a la construcción fue del 0,91%
Mina Peña del Macho |
Rambla Mansuetos |
Pese a las dificultades, los trabajos fueron muy rápidos, de forma que en 1552 el agua había llegado al Carrel.
Arquillo, a principios del siglo XX |
LOS ARCOS |
Los Arcos tienen dos niveles, con 6 arcos en la parte superior,por el que iban las aguas, y, dos, en la parte inferior, como zona peatonal. Realizando así la función de acueducto-viaducto. Condición que puso el Concejo para la construcción de esta obra.
Los Arcos tienen una longitud de 102 m. y una altura de 28 m.
El siguiente problema era la entrada de aguas a la Ciudad por uno de los puntos más bajos de la misma, protegido por el recinto amurallado. Para ello hubo que remodelar parte de la muralla. El agua debía llegar a un número suficiente de puntos para garantizar el suministro a todos los vecinos. Fue complicada la distribución del agua por estrechas callejuelas por donde tenía que ir el tendido.
Se construyeron fuentes en tres
puntos:
La de Santa María o del Deán, situada
en la plaza de Ntra. Señora.
La de San Martín, enfrente de la iglesia de la
Trinidad.
Y la del Hospital, cerca del hospital general de la Ciudad.
RED DE AGUAS |
En los siguientes años se fue completando la red, no sin algunos problemas como las filtraciones.
El resultado final fue una red de casi 2.500 m que recorrería el casco antiguo para alimentar 12 puntos de agua limpia.
Este denso entramado se completará con el ramal que llevaba agua a las fuentes del Arrabal: Fuentebuena y Fuentemala; y con la red de arbellones que sacaban fuera el agua sobrante.
Algunos de estos arbellones existían previamente y uno de ellos descendía por la calle Mayor.
En 1583, todos los vecinos del casco
antiguo disponían de un punto de suministro de agua a menos de 5 minutos de sus
casas, aunque entonces todavía no se midiese el tiempo en minutos.
Muchas más son las intervenciones en
obras que realizó Pierres Vedel, tantas que sería largo de enumerar, y no deseo abrumarte a ti, lector.
Pierres Vedel falleció, en Albarracín, el 30 de Mayo de 1567. En poco más de dos décadas dejaría una huella imperecedera en la Arquitectura
Aragonesa. Al morir, fue sepultado en una capilla en
la Iglesia de Santa María de Albarracín, su obra inconclusa.
Actualmente, la Ciudad le rinde homenaje, dándole su nombre a uno de los Colegios de Enseñanza Primaria de la Capital.
Actualmente, la Ciudad le rinde homenaje, dándole su nombre a uno de los Colegios de Enseñanza Primaria de la Capital.
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