Nuestro lugar preferido es frente a la Torre mudéjar de San Martín, de forma que durante la espera del acto podamos contemplar las filigranas de aquellos albañiles, de aquellos alarifes del siglo XIV.
Desde allí hemos podido ver la salida de los pasos a hombros de cofrades, a ritmos de tambores y bombos.
Hemos tenido la suerte de que el trono del Nazareno ha estado detenido justo frente a nosotros, esperando la salida del trono de Nuestra Señora de la Villa Vieja.
Debajo del trono de la Virgen caminaban soportando el peso un grupo de cofrades femeninas.
La procesión ha proseguido su recorrido en el atardecer turolense, y nosotros hemos buscado otro lugar donde contemplarla.
En la plaza el paso del Cristo ha esperado al de la Virgen, para avanzar los dos hacia la Catedral. El desfile siempre con el fondo sonoro de un silencio respetuoso y del retumbar de los tambores.
-Jedrea + Margalló-
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