Como ya conté durante el invierno algo de como hacía mis paseos diarios y cuanto disfrutaba con mis caminatas... y también hacías mis paradas para
contemplar el paisaje, aunque no había mucho que ver, porque todo estaba triste
después de las grandes heladas del invierno, porque fueron fuertes, a veces llegué a pensar
que si algún día la hierba de los ribazos llegaría a brotar... Como decía, estaba todo seco.
En los campos solo estaban las fincas del panizo que no lo habían cosechado.
El recorrido era agradable.Seguía la orilla del río, ni siquiera se veía un pájaro volar ni siquiera en las árboles.Si que hice alguna foto con la corriente del
río que, por aquel entonces, llevaba bastante agua.
Ya casi entrando en la primavera se empezaba a verse algún brote en los chopos. Cada día me hacía ilusión mirarlos. Ahora ya he podido comprobar que alguno no ha sobrevivido al frío.
Y también tengo un amigo fiel.
Cuando lo descubrí, pensé regalarle un puñado de verdín, por que las mielgas no existían todavía.
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