Como a la suegra de Simón, no me dejes caído.
Tú sabes que también tengo fiebres frecuentes
y vivo en un entorno que me las genera.
Sáname de todas ellas
y enséñame a levantarme.
A veces tengo la fiebre del orden y la eficacia;
en cambio, otras, siento la fiebre
de complacer a todos,
en otras ocasiones es la fiebre
del tener y del comprar,
y en algunos momentos me envuelve la fiebre del poder.
Tú sabes bien que me cuesta vivir
como Tú enseñas,
que la fiebre del prestigio envuelve mis tareas
y la de cuidar la imagen me aparta
de tu estilo sencillo.
Dame, Señor, autenticidad vital y ayúdame
a ser coherente.
Sáname, Señor, de todos mis pequeños fallos,
para que yo sepa, a tu manera,
ir generando salud alrededor,
creando redes fraternas y actitudes solidarias,
que nos hagan vivir mejor a todos,
haciendo realidad tu Reino.
Cuando Tú me das la mano, y me sanas,
me conviertes en alguien sanador y liberador,
que desculpabiliza, desdramatiza
y facilita la vida,
que rompe la rutina y entusiasma
en la aventura de ser
y de construir un mundo
donde reine la paz y la justicia. Mari Patxi Ayerra
Una jornada muy importante, y más en este tiempo que nos ha tocado vivir.
ResponderEliminarEs de agradecer la oportunidad del tema :D
Gracias por tu interés, y ver que te ha gustado, me pareció interesante ;)
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