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miércoles, 5 de julio de 2017

Otra manera de empezar julio:


En unas poblaciones están en fiestas, pero en otras zonas están sacando el ganado cerca de la Peña Roya o en plena faena de la recogida de la cosecha.
Con las primeras luces del alba, ¡al campo!
Creo que hay que ser positivo para todo o casi todo, pero este año no ha sido un buen año.
La primavera ha sido excesivamente seca, y el cereal ha crecido ralo, escaso, de una planta en vez de salir 8 espigas de cada una han salido 3.
Con los calores de mayo y junio se acabó de estropear. 
Cayeron algunas tormentas que hicieron que se pusiera el grano verde...
Y ahí tienes a los agricultores intentando replegar lo que pueden, aunque sea poco.
Donde otras temporadas se emplean varios días en cosechar, en esta, con dos días ya está todo.
A la hora de llevarlo a la cooperativa se tiene que tener cuidado, y el grado de humedad no ha de pasar del trece por cien.
Si presenta trece y uno, ya contiene un grado de humedad, y hay que dejarla en lo que llamamos la playa, para que se seque y no se eche a perder en el almacenamiento.
Otra alternativa, es cosechar un poco más tarde para que se seque en el campo, pero con el riesgo que vengan unas tormentas y termine de dañar. 
Pero esa es la fatalidad de la agricultura desde que el hombre empezó a cultivar.
Tenemos máquinas que nunca soñamos tener cuando era joven en mi pueblo: tractores con aire acondicionado, sembradoras de varios surcos a la vez, cosechadoras que acumulan el grano en una tolva, cuando se llena se vierte directamente en el remolque del tractor... pero eso sólo hace más cómodo el trabajo, pero el ciclo de la vida, la seguida de las estaciones, no se puede alterar.
A mi me sigue gustando las mañanas limpias y claras, los sonidos de la naturaleza, los cencerros de las ovejas y a lo lejos mi pueblo:
-Jedrea-

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